lunes, noviembre 26, 2007
Huele al viento que alimenta
A castaña callejera encartonada
Huele a la mano que inventa
Un mural cuajado de nieve pintada
Sabe al abuelo y su nieto
Caminando entre juguetes
Sabe al pequeño, muy quieto
Que se entrega a su banquete
Devorando la espada pirata
Masticando el balón al botar…
Es el niño escribiendo a los Reyes
Es silencio, sonrisas, temblar
Viendo 'números' marcados
Siento la fecha cercana
Revivo aquel tiempo, añorado
Y prendo al petardo su llama...
[Para el/la niño/a eterno/a]
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3 comentarios:
Qué bueno recordar esos momentos.
Gracias gorilón.
Drolas, otro niño eterno.
Que detalles tan intensos,
Todavia me acuerdo cuando me traias los juguetes a la cama!!
Y esa carta al paje!!
Un beso muy fuerte Gorilon,
Patri
El poema es precioso, compañero.
Un fuerte abrazo,
Jaime
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