Quién te ha pisado el aire y los pulmones
quién te ha dejado sin aliento
quién te prendió de una mirada
que no supo entender tus oraciones
Son de tu sangre las luces de abril
la música eterna que te florece
el taconeo gigante de quien te sostiene
y el gesto cómplice de quien le tiene
Son promesas que se firman con albero
con saliva de quien quiere y te lo pide
con miradas de súplica a la magia inerte
de un clavel que yace herido e impotente
Quién no ha sabido darte sitio entre sus manos
quién ha roto un pacto de latidos sin compás
quién te ha dejado vagabunda y sin destino
llorando y sin un rostro... y con un sino...
A esa flor que siempre regresa en primavera
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1 comentario:
No usas palabras bellas, se nota que lees muy poco o casi todo lo que lees es muy pobre.
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