miércoles, marzo 26, 2008

DE AQUEL VERDE QUE ES CIUDAD




Azota el aire con sus alas, de viaje
Descansando en ese manto que agoniza
Y vuela, recordando sus vivencias
Allí donde reposa, tendido, su ropaje

Quedan plumas atadas al pasado
Que despiden a su cuerpo al 'caminar'
En la danza de una noria que fue ave
Del que marcha fue su escudo protector

Y éste sigue conquistando las alturas
Siente pena de aquel verde que es ciudad
Todos huyen, no se encuentra diferente
Suena música antes clara y hoy oscura…

Y cierra los ojos, ya no escucha nada
-“Que me atraviese el ojo del humano”;
Y rasga el aire el estruendo de sus manos
Esas que rompen y empapan la mirada

[Seguimos cargándonos el Planeta]

3 comentarios:

Jesus Dominguez dijo...

Perdimos hace tiempo el norte en nuestra estancia prestada. He recordado, leyendo tu poema, los campos por los que corría de niño que hoy están inundados de asfalto y ladrillo.

Un saludo

Jesús Domínguez.

Anónimo dijo...

Muy bonita Señor Poeta,

...muy realista,

Una de las mas codificadas que he leido de "vos",

...En la danza de una noria que fue ave... podrian ser las plumas de ellos mismos que ruedan por alli donde quedan...?

...Y cierra los ojos, ya no escucha nada
-“Que me atraviese el ojo del humano”;
Y rasga el aire el estruendo de sus manos ...podria ser el disparo de un cazador...?

Muy ingeniosa D.Antonio,

bravo!

Ya espero la proxima edicion!!

un besazo

Patri

Antonio Castro dijo...

Un besito, hermano! Lo has clavado. Algún pájaro te lo habrá 'piado' jejejeje

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